Extracto de un mojado cuaderno de brigadista: 19 de abril
Aquí andamos veinte tipos de uniforme sin banderas esperando,
espaldas sudorosas contra espaldas sudorosas.
Vamos mecanografiando el cielo con los ojos,
pareciéramos famélicos perritos
que muerden y que chupan las tetillas de la perra muerta,
desesperados.
Yo me pregunto si en alguna cámara distante
alguien dirá:
"nosotros los metimos, carajo, saquémoslos también",
y tal vez otro alguien seque la perlada frente
mientras nos dedica un gesto desdeñoso.
El frente no se distingue ahora de la espalda,
a lo lejos alguien grita entre los tiros.
Aquí, rezan algunos, otros lloran.
La Browning tiembla entre mis manos,
a los dos nos quedan los mismos trece húmedos casquillos.
Parece claro que ya nadie va a llegar.
Si estas fueran las últimas palabras que yo escribo
sepan tan solo
cuando hayan arrastrado nuestro nombre por el fango
y señalen con el dedo a nuestras madres,
y nuestros hijos,
nuestros pobres tristes huérfanos
profanen a escupidas nuestras tumbas,
que en algún portal encendido del alma
alguien también nos esperó.
David Fernández
Ciego de Ávila, Cuba (1996)